domingo, 21 de octubre de 2007

Charles is Insane

Cuando alguien es capaz de fusionar la moda, la fotografía, la música, la ilustración y moverse como pez en el agua en cada una de estas disciplinas, debería pasar a ser considerado como artista. Y si todo esto lo consigue a la temprana edad de 28 años, pasaría a ser consagrado como un genio. O un loco, como Charles Anastase se clasifica a sí mismo.

Tal vez sea por la mezcla de sangre francesa y armenia que corre por sus venas, por su secreta instrucción en Ciencias Políticas o por que su vida personal y profesional se ha desarrollado en un viaje constante con paradas en Los Ángeles, Tokio, París y Londres. Primero fue la fotografía, que más tarde mezcló con ilustraciones sencillas pero hiperrealistas que han llegado a aparecer en destacadas publicaciones internacionales –Chrash, Dazed&Confused-, han ilustrado portadas de discos de Paul McCartney o Beck, han sido expuestas en galerías de arte alrededor del mundo e incluso fueron utilizadas por el mismísimo Calvin Klein para ilustrar una de sus campañas publicitarias.

Gracias a la adjudicación de una cuantiosa beca Charles decidió desarrollar una nueva faceta en su multidisciplinar carrera y no fue otra que volcar su talento hacia el mundo de la moda. Desde ese año hasta hoy nos ha deleitado con prendas nostálgicas, que recuerdan épocas pasadas, románticas y aniñadas, siguiendo un estilo personal íntimo y retraído, inspirado en los cuentos de hadas, el psicoanálisis y el arte en general y que cuenta con musas tan dispares como Alicia en el País de las Maravillas o su gata.

Entre sus fans se encuentran jóvenes rebeldes como Alexa Chung, Valentine Fillol-Cordier, Kelly Osbourne, Beth Ditto o las componentes de The Like, pero también personalidades consagradas como Yoko Ono o Rei Kawakubo.

“Diría que hago un trabajo en el que cuento mi vida”

jueves, 18 de octubre de 2007

Kate Moss para TopShop

Si el otro día eran las gemelas Olsen hoy le toca el turno a otra 'intrusa' de la moda, o más bien del diseño, porque es innegable que Kate Moss es una de las manos que mueven los hilos de la moda actualmente. El matrimonio de Kate con el principal enclave del streetstyle británico, o lo que es lo mismo TopShop, dio sus frutos la pasada temporada y parece que ambos quedaron lo bastante satisfechos como para repetir la experiencia.

He de admitir que al tener ante mis ojos la colección completa de la modelo, tuve una sensación de deja-vu y rápidamente recordé imágenes del pasado en las que ya había visto a Kate luciendo ese vestido o enfundada en esos pitillos. Pero también un deja-vu en el sentido de que hizo lo mismo con su anterior colección: inspirarse (o copiar descaradamente) en las prendas que forman parte de su (gran) armario. Esto, sin duda sería algo criticable si no fuera porque cualquier cosa que Kate Moss toque, se convierte en oro. Así, nos encontramos con una colección que lleva impreso el sello personal de la modelo, su espíritu, en la que abundan los vestidos vaporosos y las transparencias, los tops de raso, las cazadoras de cuero, los pantalones de corte extremo (pitillos o pata ancha), el estampado marinero e incluso alguna extravagancia propia como una camiseta con la cara serigrafiada de la modelo (que será top de ventas, imagino) o una elegante capa negra de paño con la que ya se me hace la boca agua.
Mentiría si dijera que no soy una fan de Kate, y que pierdo la cabeza por encontrar cada una de las prendas que luce en cualquier momento que pone un pie en la calle y hay un paparazzi al acecho, y también si opinara que no incluiría, con los ojos cerrados, toda esta colección en mi armario. Pero por otra parte he de decir que me parece excesivo el fanatismo que se ha desarrollado sobre el icono de moda que Kate representa. Habrá que dar tiempo al tiempo, pero lo que es innegable es que Kate ya ha conseguido convertirse en un mito viviente.

martes, 16 de octubre de 2007

The Row

Acabo de descubrir este video de la última colección de las hermanísimas Olsen, que han decidido bautizar como "Holiday", tal vez por estar compuesta en su mayoría por prendas que cualquier mujer metería en su maleta a la hora de irse de vacaciones.

Sigo siendo un tanto escéptica en lo referido a que una actriz, modelo, cantante, famosa decida sacar, de la noche a la mañana, una línea de ropa bajo su nombre. Pero las gemelas han conseguido convencerme poco a poco, y este spot ha sido la guinda que decora el pastel. En su papel de estilistas (más que de diseñadoras) Mary Kate y Ashley presentan una colección en la que abundan los básicos que de una forma sutil pretenden vestir la elegancia de una mujer urbana, jóven, en cualquier momento de su jornada diaria. Bien es cierto que en cuanto a diseño se refiere esta colección no aporta nada que no hayamos visto ya (camisetas envejecidas, americanas y camisas de corte masculino y leggins de vinilo) y puede traernos a la mente ciertas reminiscencias hacia estilos ya consagrados (Calvin Klein), pero pienso que en ocasiones es necesario dejar de lado los excesos y centrarse en las prendas clave de esta temporada.

Y a pesar de que la colección esté claramente inspirada por la gemela que menos gracia me hace, hay pequeños guiños de estilo de MK, aunque sin caer en el exceso (del que ella peca en muchas ocasiones). Y qué mejor que ellas mismas para ejercer de modelos.