Parece ser que lo naïf, inocente, aniñado y dulce, encarnado en musas tan dispares y afines a la vez como Sofía Coppola, Lolita o Kirsten Dunst está más de moda que nunca. Si este nuevo way of life ya fue recogido de una forma anticipada por la inglesa Lula magazine es en este caso la austriaca Material Girl la que toma el relevo.
martes, 26 de agosto de 2008
Material Girl
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miércoles, 20 de agosto de 2008
Corinne, Kate y el grunge
Vogue UK, 1993
Siempre he pensado que la Kate Moss actual está más que sobrevalorada. Alrededor de su innegable estilo innato y predisposición a ser plagiada por millones de adolescentes de personalidad indefinida se ha creado un personaje, una heroína ficticia que vive en un mundo de estupefacientes, moda y rock and roll. Puede que este sea (o haya sido) el mejor momento en su carrera ya que, ha sabido resurgir de sus propias cenizas y su presencia mediática es evidente en cada rincón del planeta. Sin embargo y bajo mi personal punto de vista prefiero quedarme con sus inicios, en los que no era más que una modelo bajita, plana y delgaducha que a duras penas resaltaba sobre el resto de tops altivas y espigadas que pusieron cara a los hoy resucitados años 90.
The Face, 1990
El despegue de la carrera de la Moss tiene sin lugar a dudas nombre y apellidos: Corinne Day, y profesión: fotógrafa. Tras la época plagada de excesos y pecados estilísticos de los 80 a principios de la nueva década unas fotografías en blanco y negro en las que una jovencísima Kate parecía no posar para el foco, sino simplemente divertirse, marcaron el inicio de una época y supusieron el nacimiento de uno de los iconos de la moda más influyentes de todos los tiempos. Tras la cámara Corinne consiguió crear una perfecta mezcla homogénea entre su propio estilo, la atípica belleza de Kate y los sentimientos más profundos de ambas en ese instante.
The Face, 1990
Estas imágenes lograron crear una nueva tendencia en la fotografía de moda, encarnada en modelos descuidadas a las que se llegó a catalogar de “yonkis”, con escaso maquillaje y todavía menos ropa, retratadas en ambientes cotidianos y naturales y en los que la historia que precedía a la instantánea y la estrecha relación modelo-fotógrafo importaba casi más que la propia imagen. El grunge, tan amado y odiado a partes iguales hoy en día, finalmente, había llegado.
Vogue UK
a las 14:54 4 comentaron
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