Puedo verlos una y otra vez y nunca me cansaré de los desfiles de Alexander Mcqueen, que casi más que desfiles son obras de arte vivas, en movimiento. En este en particular, bautizado como Weird Science, el diseñador, inspirado en la obra de Rebeca Horn, abría el inclausurable debate sobre qué es realmente el arte y qué características convierten a una obra en pieza artística, ¿su creador?, ¿su concepto?, ¿su estética?. Obviamente el desfile no aporta respuestas para ninguna de estas preguntas, pero siempre ha sido más interesante que cada uno tenga sus propias opiniones ¿no?
jueves, 4 de junio de 2009
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