No sé que vino antes, si mi insaciable curiosidad por los Rolling Stones y el mundo de artificio y superestrellas creado a su alrededor, o mi verdadera fascinación por los dos emblemas femeninos responsables de que el éxito de la banda no se quedara en un par de melodías pegadizas y una actitud rockera.
Una biografía sobre Marianne Faithful, apilada en una montaña de libros revueltos me hizo conocerla página a página, tanto a ella como a la segunda en discordia: Anita Pallenberg. Hoy en día no tengo realmente claro por cual de las dos decidirme, la dulzura, sencillez e inocencia de Marianne o el misterio, la brujería y el encanto de Anita.
Una mezcla explosiva que hizo que estas dos mujeres consiguieran lo que ningún manager o agente publicitario hubiera podido lograr nunca: elevar a un grupo de desvergonzados muchachos de barrio a la categoría de estrellas de rock.
1 comentario:
Cada día te superas.
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