domingo, 30 de marzo de 2008

Blow Up


Resulta cuanto menos paradójico que un italiano haya sido el que mejor ha retratado el Londres de los años sesenta, el ambiente de los Swinging Sixties en el que moda, música, arte y falsas apariencias se mezclaban sin ningún pudor para crear una amalgama creativa que todavía hoy continúa influyendo en el panorama artístico actual. Blow Up se ha convertido en una referencia a aquellos años de desenfreno e inspiración, una película de culto en la que la estética juega un papel fundamental y en la que los diálogos pasan a un segundo plano para dar protagonismo a la imagen.

Michelangelo Antonioni se basó en un relato de Julio Cortázar para desarrollar la historia y aunque el resultado final dista bastante del argumento original la idea subyacente se mantiene: mostrar un mundo en el que las apariencias dominan la realidad, convertida en espejismo de lo que realmente queremos ver, en el que nada es lo que parece y en el que tras las imágenes externas se esconden oscuros e inquietantes secretos.

El protagonista masculino es un fotógrafo británico de éxito, indiferente ante la realidad que lo rodea y ligado al mundo de la moda. Por circunstancias del destino se convertirá en testigo involuntario de un asesinato, captado por su cámara fotográfica. Este suceso le hará replantearse la falsa moral de aquellos años, en los que nadie se atrevía a profundizar de lleno en la realidad por temor a las consecuencias que ello tendría. El personaje, interpretado por David Hemmings , está basado en el mítico fotógrafo David Bailey y las semejanzas entre éste y el personaje ficticio creado por Antonioni continúan siendo tema de debate hoy en día.

El reparto femenino es el contrapunto que forma la parte estética de la película. Numerosas modelos de la época son protagonistas durante escasos minutos, como la mil veces reinterpretada escena en la que Verushka posa ante el objetivo del fotógrafo, que consiguió catapultarla a la fama a pesar de que su guión se reducía a tres escasas palabras y consagró la escena como una de las mas sensuales de la historia del cine. Otras escenas destacadas son la sesión de fotos en la que intervienen caras de la época como Peggy Moffitt, o la que nos relata cómo una jovencísima Jane Birkin intenta probar suerte en el mundo de la moda. Vanessa Redgrave y Sarah Miles completan el reparto femenino.

La idea que intentó transmitir Antonioni con esta película es la de una realidad dual, dividida entre lo que captamos (o queremos captar) con nuestros propios ojos y la realidad plasmada por el objetivo fotográfico. A pesar de ser para muchos una historia lenta, aburrida y carente de diálogo, su valor estético y visual, y la maestría con la que el director juega con los sonidos y las dobles intenciones, la convierten en un icono de la época y una referencia artística y de inspiración en la actualidad.



Mi escena favorita


1 comentario:

Edie dijo...

Me encanta tu blogspot. Comparto completamente tu gusto por las modelos cool, nuevas o sesentosas, tmabien la musica, etc. Y no es demasiado comun! Asi que bien, saludos y suerte

inés-