Cumpliría los 65 este mismo año si hace casi 40 no hubiera tenido lugar la tragedia acontecida en su mansión californiana. Sharon Tate pasará a la historia siendo recordada por el tétrico suceso que le arrebató la vida, el sangriento crimen perpetrado por Manson y su "familia" cuando la jóven promesa del mundo del cine sólo contaba con 26 años y se encontraba a escasas semanas de dar a luz al que hubiera sido su primer hijo.
Sharon nació en Dallas, aunque pasó su infancia viajando por el país, debido a la itinerante profesión de su progenitor. Inició su carrera en Italia, donde fue galardonada con varios premios de belleza. Saltó a la fama gracias a diversos anuncios televisivos, y pronto fue señalada por la gran industria hollywoodiense como una de las actrices con mayor proyección de su generación. Sin embargo Roman Polanski no tenía demasias confianzas depositadas en ella, y en un primer momento la rechazó para el papel de Sara en El baile de los vampiros. Pero Sharon no se dio por vencida y finalmente logró el papel y además se llevó el corazón de Polanski, con el que se casaría al año siguiente.
Este matrimonio y la dulce espera de su primer hijo, así como la carrera de Sharon se vieron truncadas la noche del 9 de Agosto de 1969. Mientras Polanski se encontraba en Londres por motivos de trabajo, Sharon disfrutaba de una reunión de amigos en su casa de California. Pero Charles Manson y sus seguidores irrumpieron esta calma aparente y asesinaron de una forma brutal y sangrienta a todos los que se encontraban en la casa en ese momento. Las razones de esta violencia desatada nunca llegaron a aclararse y todavía hoy la secta formada por Manson y los motivos de sus actuaciones continúan conformando una incógnita. Si Sharon no hubiese muerto aquella fatídica noche, sería, con total seguridad, uno de los iconos vivientes de aquella época.
Este matrimonio y la dulce espera de su primer hijo, así como la carrera de Sharon se vieron truncadas la noche del 9 de Agosto de 1969. Mientras Polanski se encontraba en Londres por motivos de trabajo, Sharon disfrutaba de una reunión de amigos en su casa de California. Pero Charles Manson y sus seguidores irrumpieron esta calma aparente y asesinaron de una forma brutal y sangrienta a todos los que se encontraban en la casa en ese momento. Las razones de esta violencia desatada nunca llegaron a aclararse y todavía hoy la secta formada por Manson y los motivos de sus actuaciones continúan conformando una incógnita. Si Sharon no hubiese muerto aquella fatídica noche, sería, con total seguridad, uno de los iconos vivientes de aquella época.